MATEO 11
28 "Venid a mí, todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar.1 [Venid — no a los servicios de las sectas o doctrinas de siempre que afirman que él está en su edificio, no a las reuniones de oración, no a los llamados al altar, no a leer la Biblia — sino venid directamente a él, al esperarlo en silencio, escuchando sus mandatos y enseñanzas. Venid todos los que trabajan en contra del pecado; todos los que están cargados con sus pecados.] 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y [entonces] hallaréis descanso para vuestras almas.2 [Aprenda de Él cuando le hable directamente, no leyendo acerca de él, o escuchando a otras personas hablar de él.]
30 "Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga."
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí; ¿Cuál yugo? El yugo de la obediencia, y la humildad de aprender, que requiere esperar, en silencio, escuchando su voz — lo cual su cerebro no quiere hacer y le dirá que usted está gastando su tiempo. Pero no se desanime si no oye por algún tiempo. Aún su espera es mérito:
Sea tu misericordia, oh Jehovah, sobre nosotros, según lo esperamos de ti. Salmo 33:22.
Desde la antigüedad no se ha escuchado, ni el oído ha percibido, ni el ojo ha visto a ningún Dios fuera de ti, que actúe a favor del que en él espera. Isa 64:4.
Eventualmente usted oirá. Bienaventurado el hombre que me escucha velando ante mis entradas cada día, guardando los postes de mis puertas. Proverbios 8:34, Lucas 11:28.
Su carga es ligera y su yugo es fácil, sin ninguna pérdida de sangre como la que él tuvo.
No temas
Venid a mí, todos los que estáis fatigados y cargados; Venid — no a los servicios de las sectas que afirman que él está allí, no a las reuniones de oración, no a los llamados al altar, no a leer la Biblia — sino venid directamente a él, al esperarlo en silencio, escuchando sus mandatos y enseñanzas.Vengan todos los que han luchado en contra del pecado; todos los que están bajo la pesada carga de sus pecados. (Bienaventurados los que saben que son pobres en el Espíritu Santo; bienaventurados los que lloran bajo la carga de sus pecados.) La orden (no sólo para los judíos de ese tiempo, sino para todos nosotros) es venid a mí, y aprended de mí. ¿Cómo? Usted debe ir a él. Usted debe esperar en él — escuchar silenciosamente, con la humildad de un pecador en necesidad de su poder que produce cambio — la gracia. Busque, escuche, obedezdca...busque, escuche, obedezca...busque, escuche, obedezca...busque, escuche, obedezca. Haga esto con persistencia, manteniéndose obediente a todo lo que él le mande a hacer, y usted experimentará todas las promesas de Dios, incluyendo el reposo.
Y les daré reposo, y ustedes encontrarán reposo para sus almas. ¿Entonces en qué clase de reposo entramos? Cesar de nuestras labores. Cesar aún de sus propios pensamientos. Debido a que la mente carnal es enemistad contra Dios, es destruída por la gracia de la cruz interna de la negación propia y reemplazada con la mente de Cristo, que suple los pensamientos, las palabras y las acciones. ¿Para que llevemos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo (el Mesías, el Ungido), 2 Cor 10:5? ¿Para que tengamos la mente de Cristo (el Mesías) y tengamos los pensamientos (sentimientos y propósitos) de Su corazón, 1 Cor 2:16? Para que quitemos, con respecto a vuestra antigua manera de vivir, el viejo hombre está viciado por los deseos enañosos; pero renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en justicia y santidad de verdad. Efe 4:22-24.
Y les daré reposo, y ustedes encontrarán reposo para sus almas. ¿Entonces en qué clase de reposo entramos? Cesar de nuestras labores. Cesar aún de sus propios pensamientos. Debido a que la mente carnal es enemistad contra Dios, es destruída por la gracia de la cruz interna de la negación propia y reemplazada con la mente de Cristo, que suple los pensamientos, las palabras y las acciones. ¿Para que llevemos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo (el Mesías, el Ungido), 2 Cor 10:5? ¿Para que tengamos la mente de Cristo (el Mesías) y tengamos los pensamientos (sentimientos y propósitos) de Su corazón, 1 Cor 2:16? Para que quitemos, con respecto a vuestra antigua manera de vivir, el viejo hombre está viciado por los deseos enañosos; pero renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en justicia y santidad de verdad. Efe 4:22-24.
Cuando la mente carnal es destruída, los pensamientos de los hombres y sus labores cesan; él entra en el reposo de Dios, y Dios suple el poder y la energía, la dirección, la inspiración, y el conocimiento. El hombre ya no trabaja por su comida. Las obras del hombre restaurado son propulsadas e inspiradas por el Espíritu de Dios:
"Éste es el reposo; dad reposo al cansado. Éste es el lugar de descanso." Pero ellos no quisieron escuchar. Isa 28:12
Temamos, pues, mientras permanezca aún la promesa de entrar en su reposo, no sea que alguno de vosotros parezca quedarse atrás. Heb 4:1
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Mat 11:29
El que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, así como Dios de las suyas. Heb 4:10
El resposo sabático del cristiano, que es un resposo en Cristo Jesús, diciendo: "No piense sus propios pensamientos, porque en Cristo estamos encima de esa naturaleza donde están los pensamientos malignos, esa naturaleza [ha sido] quitada por Cristo. De modo que usted no deben pensar sus propios pensamientos, hacer sus propias obras, [o] hablar sus propias palabras."
Jesús dijo: ¿Quién de vosotros podrá, por más que se afane, añadir a su estatura un codo? Mat 6:27. Hasta que Cristo Jesús controle nuestras palabras, acciones, y pensamientos, él no es nuestro Señor — podemos llamarle Señor, pero eso no significa que él nos gobierne como nuestro Señor, o que nosotros le obedezcamos como sus siervos. Recuerde que Jesús dijo: de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado, Juan 8:34. Si somos esclavos del pecado, él no puede ser nuestro Señor y Maestro porque un hombre no puede servir a dos maestros; debe odiar a uno, y servir al otro.
Este reposo es como el resposo del sábado, una mera sombra del resposo del cristiano, y el libro de Hebreos nos advierte severamente en contra de no entrar en él: Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Heb 4:1. Este reposo es lo que Jesús prometió: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y [entonces] hallaréis descanso para vuestras almas. Mat 11:29. "Éste es el reposo; dad reposo al cansado. Éste es el lugar de descanso." Pero ellos no quisieron escuchar. Isa 28:12. Esta es una seria advertencia a todos los que se llaman a sí mismos cristianos, para que eviten perder sus almas y ser excuídos del cielo, así como los judíos que murieron en el desierto y se les prohibió entrar en la tierra prometida debido a su incredulidad en las promesas de Dios, usted debe obrar con celo en la fe para alcanzar la promesa del reposo del sábado espiritual, lo cual es unión con Dios y la entrada en el reino de los cielos, dentro y alrededor de ustedes.
Nosotros nos sentamos en Cristo para entrar en el reposo, para entrar en el reposo después de pelear contra nuestros enemigos; como Israel que entró en el reposo después de pelear y limpiar la tierra de los pueblos paganos que la rodeaban. Con la diferencia de que nuestros enemigos son espirituales: lujuria, ira, orgullo, egoísmo, envidia, codicia, avaricia, celos, mentiras, engaño, robos, inmoralidad sexual, lenguaje profano, y malos pensamientos, etc.
La salvación es ser liberado del pecado y ser protegidos del mal, (sanctificados), de nuestros enemigos de pacado. Pero ustedes que quieren ser cristianos, para ser liberados del pecado ustedes deben creer y esperar la promesa de Dios de liberar a los cautivos, para llegar a ser libres de pecado; de otra manera ustedes también perecerán en el desierto espiritual sin haber entrado en la tierra prometida — el cielo. No sean como los judíos que dijeron que no podían conquistar a los gigantes y rehusaron cruzar el Jordán para pelear, aún cuando Dios estaba peleando por ellos; no diga que el pecado no puede ser conquistado, aún con la ayuda de Dios; no diga ¿quién puede luchar contra la bestia? Porque la victoria sobre el pecado, nuestros enemigos dentro de nuestro corazón, es la salvación prometida.
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